Edward L. Thorndike, en 1920, utilizó el término Inteligencia Social para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas.

Para el 2006  Goleman, señala que la inteligencia social se caracteriza por las siguientes habilidades:

• Escuchar al otro y poder empatizar con él.
• Percibir sus sentimientos e interpretar señales no verbales.
• Poder actuar de acuerdo a la situación.
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Actualmente según el VIA Institute on Character, las personas que muestran inteligencia social son conscientes de los motivos y sentimientos de ellos mismos y de los demás, y de cómo encajar en diferentes situaciones sociales. Pueden sentirse cómodos y decir lo correcto ya sea en la sala de juntas o en la sala de limpieza, en un entorno escolar o en una obra de construcción. 

¿Por qué la inteligencia social debe ser considerada en la experiencia educativa?

Es indispensable que sea considerado en la escuela ya que forma personas sanas que son capaces de manejar eficientemente sus emociones. La inteligencia social utiliza las habilidades personales para generar una actitud de liderazgo y realización de tareas cognitivas especializadas, únicas y altamente evaluadas. Además, es la clave para desbloquear las habilidades que conforman a una persona que sabe comunicar, dialogar, trabajar en equipo y colaborar en la creación de un ambiente de trabajo empático y productivo.

 ¿Cómo puedo cultivar la inteligencia social en mis hijos?

• Ayúdales a identificar las diferentes emociones que van sintiendo, que observen los efectos que tienen en ellos y que traten de expresarlas de manera balanceada ante otros.
• Practica la atención plena en casa, esto ayuda a tener una mayor autoconciencia emocional.
• Si entre los miembros de la familia alguien ofende a otro, ayúdalos a llevarlos a la conciliación. Pueden tratar de hacer juego de roles para identificar nuevas alternativas de reacción o sentir empatía comprendiendo el porqué lo hizo.
• Practica la escucha activa: escucha a tus hijos de manera que pongas atención a lo que están diciendo sin estar pensando en lo que vas a contestar de inmediato o en tus propias emociones. Conecta con sus emociones y  muestra con tu ejemplo la importancia de la escucha.
• Realicen juegos cooperativos y comunitarios: cuando sentimos que pertenecemos a un grupo y que todos trabajamos por un mismo fin, nos ayuda a desarrollar habilidades sociales básicas para una vida plena en sociedad. 
• Establece una comunicación alentadora y no alabadora con ellos. Cuando alentamos el esfuerzo, nos enfocamos en el proceso y no sólo en el resultado.