Llega Marzo y con él, la oportunidad de celebrar la fortaleza de carácter de la Honestidad. Ser honestos no se resume únicamente a no decir mentiras; el Instituto Vía Character describe a esta fortaleza como la manera genuina y sin pretensiones de presentarnos ante los demás, ser constantes e íntegros entre la manera que nos presentamos y actuamos.
Además, la honestidad corresponde a hacernos responsables de nuestras acciones, palabras y compromisos tanto de manera privada como de manera pública.
¿Por qué resulta vital hablar de honestidad e integridad en estos tiempos? El ser humano es un ser enteramente social que siempre está en constante búsqueda de la aceptación de sus congéneres. Muchas veces podemos, erróneamente, buscar la aprobación de nuestras amistades diciendo o realizando acciones que no son congruentes con nuestra manera de ser o de pensar. Nuestros hijos no son la excepción; en distintas situaciones durante el transcurso de sus vidas podrán enfrentarse a la disyuntiva entre hacer lo que los demás hacen para encajar o hacer lo correcto.
Encontrar la paz siendo honestos con nosotros mismos es un ejercicio diario que requiere mucho amor y aceptación. ¿Cómo entonces podemos enseñarle a nuestros hijos que la mejor decisión en una disyuntiva será ser honestos consigo mismos? Un ejercicio que podemos realizar siempre es proveer un espacio amoroso donde disfruten y desarrollen su individualidad; debemos permitir las preguntas incómodas y alentarlos a solucionar por sí mismos conflictos de maneras en que sientan que son fieles a su personalidad y a su manera de ser criados.
Podemos mostrarles que lo mejor, a largo plazo, no es tener las amistades que esperan que hagamos lo que “está de moda”, sino aquellas que los quieren y respetan por ser quienes son, independientemente de lo que hagan o dejen de hacer.
Para incentivar el desarrollo de la fortaleza de honestidad, podemos también comenzar trabajando en casa la responsabilidad por nuestras acciones y palabras. Pedir disculpas cuando hemos obrado o hablado mal y hablar con sinceridad con alguna persona a la que nuestras palabras o acciones hayan hecho sentir mal. Realicemos el ejercicio de hablar siempre con la verdad ante nuestros hijos, ellos no sólo escuchan las palabras que decimos, sino que reflejan en sus acciones el lenguaje no verbal que perciben de nosotros.
Ser honestos con nosotros mismos y los demás conlleva el beneficio de sentir una transparencia traducida en calma y aceptación.
Compartimos con ustedes algunas películas y pequeños cortometrajes que hablan sobre la honestidad para que puedan observarlos y reflexionar con sus hijos sobre esta fortaleza.
Películas / cortos
Abracemos y felicitemos a nuestros hijos por tomar a veces el camino honesto, por más sinuoso que éste llegue a presentarse.